Temacapulín, Jalisco. A 1 de junio de 2011
A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
A la comunidad internacional
A los movimientos y organizaciones nacionales
A los medios de comunicación
PRONUNCIAMIENTO DEL COMITÉ SALVEMOS TEMACAPULIN, ACASICO Y PALMAREJO SOBRE EL PROCESO DE “DIALOGO” SOSTENIDO DEL 1 DE ABRIL AL 1 DE JUNION CON LAS AUTORIDADES MEXICANAS
¡EN DEFENSA DE LOS PUEBLOS DEL RÍO VERDE, NO A LA PRESA ZAPOTILLO!
Hace más de dos meses, las comunidades opositoras a la construcción de la Presa El Zapotillo, sobre el Río Verde en los Altos de Jalisco, México, orillados por el autoritarismo y la sin razón con la que actúa el gobierno mexicano, decidimos bloquear y tomar el sito de construcción de la Presa El Zapotillo.
Después de cinco días de nuestra protesta, logramos que las autoridades por primera vez en más de cinco años, visitaran Temacapulín para plantearnos la realización de unas mesas de diálogo, con el objetivo de buscar la solución del conflicto que desde hace años se vive en nuestras comunidades. Estas mesas de diálogo se desarrollaron durante el mes de abril, como comunidades esperábamos poder llegar a propuestas de entendimiento y solución pacífica de nuestro conflicto, sin embargo, las autoridades que fueron enviadas a las mesas no nos respetaron, no estuvieron a la altura de las circunstancias, tomaron las mesas como un simple trámite y no como un espacio para la construcción de alternativas y soluciones.
El caminar en la defensa de nuestro territorio y derechos humanos ha sido largo y muy digno, durante los cinco años de lucha y resistencia a la construcción de la Presa El Zapotillo, hemos hecho y seguido todos los pasos que señalan las propias leyes mexicanas, hemos probado y emprendido un sin número de acciones políticas, sociales y jurídicas, para evitar la destrucción de nuestros pueblos, la perdida de nuestro patrimonio histórico, cultural y ambiental y la muerte del río verde que es fuente de vida y sustento de nuestras comunidades.
Hemos demostrado que nuestra lucha es legítima y auténtica, que no solo tiene una dimensión jurídica, técnica, sino ante todo tiene una dimensión HUMANA, de VIDA, porque no solo estamos defendiendo a los hombres y mujeres que habitamos nuestros pueblos, estamos defendiendo a los animales, a nuestros templos, nuestras casas, nuestras calles, nuestras vegetación, nuestros ríos, estamos defendiendo y luchando por nuestra memoria, nuestros nombres, nuestros cuerpos, nuestros muertos/as, que no lo están, porque defendemos la herencia que nos han conferido para mantenerla y preservarla para nuestros hijos/as, por eso luchamos, por la memoria, por la generosidad, por la alegría, por la esperanza, por la vida, contra la muerte.
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