"Ya está obsoleto Tratado de agua"
15 de junio de 2010
Fuente: www.hoylaredo.net
Campesinos y ejidatarios de la región solicitaron a la Comisión Nacional del Agua (CNA), que renueve los Tratados Internacionales de Aguas firmados en 1944, al considerar que ese acuerdo ya es obsoleto.
El ejidatario Alfonso Herrera Meza señaló ayer que esos tratados ya son añejos y provocan inequidad en el reparto de agua para las labores del campo y ganadería, principalmente entre México y Estados Unidos.
“Hay que renovar estos tratados con más de medio siglo de existencia. Necesitamos de un cambio, una restructuración que beneficie de igual manera a todos”, dijo el agricultor.
Explicó que los escurrimientos de agua son mayores río arriba por la zona de Sonora y Chihuahua, ya que la cuenca del río al llegar a Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas se reduce y capta menos agua.
Líder Informativo publicó la solicitud que hizo el Distrito de Riego 050 para volver a revisar el tratado internacional, pues considera inequitativo el reparto de agua, inclusive los distritos 025 y 026, lo están apoyando con la petición ante la CILA.
“Compañeros de otros distritos de riesgo están sufriendo por una mala distribución del vital líquido”, subrayó.
En el caso de Nuevo Laredo, amplió Herrera Meza, la situación no es muy complicada, comparado con otros distritos, ya que el número de usuarios es menor y por ende el agua alcanza para todos.
DEMANDAN ABRIR DIÁLOGO
Alejandro López Robles, presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en esta ciudad, recalcó que se debe dar un dar un diálogo con las autoridades correspondientes para lograr una adecuada repartición.
“Sí se debe de dar una modificación a los tratados, ya que el acuerdo se dio en otras condiciones muy diferentes a las actuales, hoy hay otras necesidades que se deben de tomar en cuenta”, externó.
López Robles, también presidente de la Asociación de Usuarios de Riego 050 Acuña-Falcón, mencionó que para arrancar con una reestructuración primero se debe de levantar un censo de los usuarios que existen en ambos lados de la frontera, con el propósito de definir el consumo de cada uno y en base a eso establecer las nuevas cantidades.
“Es cuestión de que todos los involucrados nos sentemos a platicar, analicemos necesidades y lleguemos a un buen acuerdo”, confío.